El horror del Titanic, el barco que ni Dios podía hundir.
La humanidad comprendió: que todo lo “Titanic” puede ser temerario. El naufragio del Titanic conmocionó e indignó al mundo entero por el elevado número de fallecidos y los errores cometidos. La causa de que llame tanto la atención la historia del Titanic se debe a que es una enorme alegoría de la humanidad.
Se ven reflejadas en ellas nuestro defectos mundanos.
La soberbia, principalmente, por decir que ni Dios lo iba a hundir.
El egoísmo y la avaricia, al sobrevivir en su mayoría los pasajeros de primera clase. El Titanic es por eso mismo un pequeño mundo a escala, de lo que es la vida de la humanidad, en la que se ven reflejados nuestras peores carencias morales.
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El RMS Titanic fue un transatlántico británico.
El mayor barco del mundo en el momento de su terminación, que se hundió en la noche del 14 al 15 de abril de 1912 durante su viaje inaugural desde Southampton a Nueva York.
En el hundimiento del Titanic murieron 1514 personas de las 2223 que iban a bordo, lo que convierte a esta tragedia en uno de los mayores naufragios de la historia ocurridos en tiempo de paz.
Construido entre 1909 y 1912 en el astillero Harland and Wolff de Belfast, el Titanic era el segundo de los tres transatlánticos que formaban la clase Olympic, propiedad de la naviera White Star Line.
Entre sus pasajeros estaban algunas de las personas más ricas del mundo, además de cientos de inmigrantes irlandeses, británicos y escandinavos que iban en busca de una mejor vida en Norteamérica.
El barco fue diseñado para ser lo último en lujo y comodidad.
Y contaba con gimnasio, piscina, biblioteca, restaurantes de lujo y opulentos camarotes para los viajeros de primera clase.
También estaba equipado con una potente estación de telegrafía para uso de pasajeros y tripulantes y avanzadas medidas de seguridad, como los mamparos de su casco y compuertas estancas activadas a distancia.
Sin embargo, y debido a las obsoletas normas de seguridad de la época, sólo portaba botes salvavidas para 1178 pasajeros, poco más de la mitad de los que iban a bordo en su viaje inaugural y un tercio de su capacidad total.
El barco que ni Dios podía hundir.
El desastre.
El Titanic tuvo un viaje placentero. Los días transcurrieron sin novedad, pero el 13 de abril de 1912 empezaron a llegar los primeros informes de avistamiento de bloques de hielo en la ruta, al menos una docena de mensajes pudieron ser recibidos antes de que el telégrafo Marconi fallara por un periodo de 10 horas.
Restablecida la comunicación en la cabina de radio, los radiotelegrafistas empezaron a recibir avisos de peligro de icebergs, los cuales fueron ignorados o no tomados muy en cuenta por la oficialidad reemplazante.
La temperatura fue descendiendo a medida que el buque se acercaba a Terranova, por lo que el capitán ordenó hacer un rumbo más al sur antes de virar hacia el oeste con el fin de sortear los sectores de icebergs.
Como estimó que la velocidad era excesiva dada la presencia de posibles obstáculos flotantes , unos 22 nudos, Smith propuso a Bruce Ismay reducir máquina, lo que éste rechazó porque deseaba que el barco realizase una travesía rápida en su viaje inaugural por razones publicitarias.
El último atardecer del domingo 14 de abril sorprendió al Titanic navegando en aguas muy tranquilas aunque la temperatura continuó bajando a medida que caía la oscuridad.
La ausencia de oleaje dificultaba (el radar que aún no se había inventado) la localización de los icebergs cuya presencia delataba la línea blanca de las olas al romper contra su base.
Seguramente por ser consciente del peligro, Smith ordenó reforzar la guardia.
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Imágen de: wikipedia